Cariño el día que te conocimos por foto, también nos dieron un informe donde entre otra información sobre: tu peso, tus medidas y que ya tienes al menos dos dientes, no informaron de tus rutinas diarias.
Desde ese día tus rutinas se han convertido en las mías, cuando a lo largo del día pienso en ti, cosa que hago prácticamente en todo momento, miro el reloj y con la imaginación giro las manecillas seis horas para saber que estás haciendo en ese momento.
Cuantas veces he ayudado a tu cuidadora con la papilla, que contenta me he puesto ante el brillo de tus ojos cuando te he dado una galleta.
Como me he reído como le llamas la atención a todo el que pasa y la enorme sonrisa que se te dibuja en la boca cuando te hacen caso o la cara de enfado que pones cuando alguien pasa de ti, esto ocurre pocas veces porque no hay quien se resista a esta personita.
A mediodía me he sentado contigo a tomar el sol en el patio y he podido sentir el calor de ese rayo que ha acariciado tu carita, por cierto que hoy no ha podido ser porque el día ha estado nublado.
Por las noches te he cogido la mano hasta que el sueño te ha vencido y al despertar he visto como bostezabas abriendo esos ojos tan grandes que tienes.
Amor mío vivo nuestras rutinas como el hilo que une nuestras vidas en la distancia.