Querido Miguel:
Hace mucho tiempo que no te escribo pero hoy la ocasión lo merece.
Tal día como hoy 28 de noviembre de hace dos años viste la luz por primera vez comenzando a tejerse nuestro hilo rojo.
Y hoy justo hace un año el hilo rojo volvió a tensarse, papá y mamá comenzamos el viaje que nos permitiría abrazarte.
A pesar de que las matemáticas sean una ciencia exacta y digan que nunca se equivocan y por mucho que se empeñe el desfase horario, conseguimos celebrar tu primer cumpleaños juntos.
Aquel fue un cumpleaños especial, gracias a papá y al personal del hotel, tuvimos pastelitos y hasta vela, eso si, sin encender por falta de cerillas y por miedo a que con el humo comenzaran a sonar las alarmas. ¿Te imaginas la que hubiéramos armado?
Pues sí Miguel, ya ha pasado un año, un año donde ha habido mil sonrisas y alguna que otra lágrima que de todo hay en la viña del señor. Un año donde hemos aprendido a querernos, donde hemos descubierto y compartido cada día algo nuevo, donde nos hemos convertido en UNA FAMILIA.
Hoy es un día feliz en el que nos sentimos alegres todos los que te queremos y a papá y a mi nos gustaría hacer llegar esta felicidad a todas las personas que en cualquier parte del mundo te quieren y seguro se acuerdan de ti.
Miguel cariño vamos a dejar los sentimentalismos que ya sabes que la mami es de lágrima fácil, no te quejarás del fin de semana que llevas:
El viernes celebraste tu cumple con los compañeros de la escuela y luciste bien guapo con tu corona y tu medalla de Papú.
Ayer sábado nos lo pasamos genial en La Mar de Bolas donde con la familia y los amigos, saltamos en el castillo, jugamos al fútbol y lanzamos las bolas hasta quedar extenuados. Cuantas cosas te han regalado ¡que suerte!
Y hoy día 28 la tía Cloti te ha preparado una tarta de natillas, chocolate y galletas, para chuparse los dedos.
FELICIDADES MIGUEL
Ahhhhhhhhhhhhh y también hemos felicitado al tito Paco y la tita Gema que también cumplen años el 28 de noviembre.
Miguel como verás esta entrada la subido al blog el día 29, ayer no tuve tiempo, aprovechando la hora que es me gustaría recordar que en este momento hace un año estábamos ya en China y tú nos esperabas en Xian, ajeno a la alegría que sentirían papá y mamá al abrazarte.