Hoy me gustaría contarte una cosita, que aunque ahora no entenderás, espero que te sirva para guiarte conforme vayas creciendo.
En este momento en todo el mundo se está viviendo una situación económica difícil, bueno al decir todo el mundo quiero referirme a NUESTRO MUNDO OCCIDENTAL, ya que desgraciadamente en muchas partes de nuestro planeta la situación siempre es más que difícil.
Todos los días en la tele nos hablan de la profunda crisis en la que estamos metidos y por primera vez en muchos años sufrimos de cerca, muy de cerca sus consecuencias, el barco se tambalea y todos tememos que naufrague.
Quiero reflexionar en voz alta y contarte que creo que todo esto es consecuencia de la forma de vida que ha llevado esta llamada SOCIEDAD DEL BIENESTAR, hemos estado viviendo de espaldas al mundo de los sentimientos, para las personas era más importante el TENER QUE EL SER.
Vivimos en la sociedad de un solo uso, USAR Y TIRAR: cada principio de temporada decimos angustiados “no tengo nada que ponerme”, a pesar de que las puertas del armario están para reventar de ropa que el año pasado compramos con una ilusión desbordante. Nuestro coche a los pocos años es viejo y hay que cambiarlo antes de que empiece a “dar problemas” y nuestro piso parece que se va quedando pequeño y nos surge la necesidad imperiosa de tener una casa más grande.
Pero este sentimiento de retirar de nuestra existencia lo que no nos sirve ha ido más allá y lo mismo hacemos con nuestras relaciones, el sentido de familia ha ido cambiando, no siempre para mal por supuesto, pero ahora no estamos dispuestos a ceder lo más mínimo ni con la pareja, ni los hijos con los padres. Una persona mayor ya no es mayor es vieja y la apartamos de nuestro lado por que realmente en la sociedad que vivimos es un lastre, sus movimientos son torpes, sus reacciones lentas, eso sí esto sucede después de haberles sacado todo el jugo durante los años en que sí nos ha sido útiles. ¡Que pena de nosotros estamos desperdiciando el conocimiento y la experiencia del que ha vivido!.
En casa tenemos un ejemplo precioso de la grandeza de la experiencia, nuestras viejitas la abuela y Espe con más de ochenta años las dos nos hacen la comida a cuatro jóvenes la mayoría de los días y siempre están dispuestas a ayudar.
Bueno cariño siempre pretendo sacar algo bueno de lo que te cuento por lo que voy a decirte que espero que todo esto que está pasando nos ayude a tomar el timón, enderezar el rumbo, y seamos capaces de reflexionar cambiando nuestros valores: pensar menos en el YO Y MÁS EN EL NOSOTROS y que la sociedad vuelva la cara el SER y no tanto al TENER. Besos
Quiero reflexionar en voz alta y contarte que creo que todo esto es consecuencia de la forma de vida que ha llevado esta llamada SOCIEDAD DEL BIENESTAR, hemos estado viviendo de espaldas al mundo de los sentimientos, para las personas era más importante el TENER QUE EL SER.
Vivimos en la sociedad de un solo uso, USAR Y TIRAR: cada principio de temporada decimos angustiados “no tengo nada que ponerme”, a pesar de que las puertas del armario están para reventar de ropa que el año pasado compramos con una ilusión desbordante. Nuestro coche a los pocos años es viejo y hay que cambiarlo antes de que empiece a “dar problemas” y nuestro piso parece que se va quedando pequeño y nos surge la necesidad imperiosa de tener una casa más grande.
Pero este sentimiento de retirar de nuestra existencia lo que no nos sirve ha ido más allá y lo mismo hacemos con nuestras relaciones, el sentido de familia ha ido cambiando, no siempre para mal por supuesto, pero ahora no estamos dispuestos a ceder lo más mínimo ni con la pareja, ni los hijos con los padres. Una persona mayor ya no es mayor es vieja y la apartamos de nuestro lado por que realmente en la sociedad que vivimos es un lastre, sus movimientos son torpes, sus reacciones lentas, eso sí esto sucede después de haberles sacado todo el jugo durante los años en que sí nos ha sido útiles. ¡Que pena de nosotros estamos desperdiciando el conocimiento y la experiencia del que ha vivido!.
En casa tenemos un ejemplo precioso de la grandeza de la experiencia, nuestras viejitas la abuela y Espe con más de ochenta años las dos nos hacen la comida a cuatro jóvenes la mayoría de los días y siempre están dispuestas a ayudar.
Bueno cariño siempre pretendo sacar algo bueno de lo que te cuento por lo que voy a decirte que espero que todo esto que está pasando nos ayude a tomar el timón, enderezar el rumbo, y seamos capaces de reflexionar cambiando nuestros valores: pensar menos en el YO Y MÁS EN EL NOSOTROS y que la sociedad vuelva la cara el SER y no tanto al TENER. Besos
